Destino Nuremberg, un viaje familiar inolvidable

Destino Nuremberg, un viaje familiar inolvidable. Este último diciembre he viajado con mi familia a Nuremberg, ciudad del norte de Baviera, al sur de Alemania. Allí hemos pasado unos días fantásticos donde ha habido tiempo para disfrutar todos. Sin pretender escribir una guía del viaje te cuento cómo nos hemos organizado y qué es lo que nos ha funcionado mejor por si puedes aprovechar las ideas para organizar tu propio viaje.

Equipaje

Viajar con niños puede ser estresante aunque vayas a un lugar donde haya tiendas. El “por si acaso” para que a tu niño no le falte de nada puede hacer que el equipaje sea una auténtica pesadilla. Te doy algunos consejos para que no sea así:

 

luggage
  
  • En primer lugar mirar la previsión del tiempo. Esto es fundamental para elegir la ropa. Si vas una semana, lleva no más de dos prendas de cada tipo. Las cuales debe ser ante todo cómodas. Es importante también que todo pegue con todo para poderlo así combinar de forma fácil. Nosotros solemos llevar dos maletas grandes, una para los peques y otra para los mayores.
  • Llevar tantas mudas de ropa interior como días se esté fuera.  Y todo guardado en una bolsa por persona que sea fácil de localizar en la maleta.
  • Neceser de aseo y bolsa medicinas conjunto.
  • Maletas pequeñas y/o mochilas que lleve cada uno con sus cosas personales como juguetes, libros y/o gorros, bufanda, guantes, agua, etc. Tu no puedes llevar todo encima. Lo siento pero tengo que decirte que a menos que tengas la bolsa de Mary Poppins, vas a padecer mucho y son también tus vacaciones.

Alojamiento

Cuando viajas con varios niños encontrar alojamiento no es fácil ya que en los hoteles no suele haber habitaciones para más de tres personas y no es frecuente encontrar habitaciones conectadas. Y lo de que esté céntrico toma especial importancia. Las distancias con niños son el triple que para los adultos.

Al viajar a Alemania me planteé dos opciones: alquilar un apartamento o bien ir a un hostel. Esta segunda opción consiste en una habitación única grande con los mismos servicios de un hotel excepto por el de restaurante, ya que únicamente ofrecen un buffet de desayuno.

hall

Me decanté por el hostel porque quería que fueran unas vacaciones para todos sin tener que cocinar. Además me pareció interesante que tuviéramos una zona común en la recepción con futbolines, sillones y mesas, que fuera punto de encuentro para interactuar con  las demás personas alojadas allí.

Actividades

Si les preguntas a mis hijos por lo que más les ha gustado del viaje, ellos te hablarán del buffet del desayuno sin duda. Esperaban fascinados ver salir su pan en la máquina tostadora y comentaban cuantas vueltas había dado cada uno al suyo. Tripitían de cereales. Combinaban zumos diferentes haciendo sabores imposibles. Observaban a la gente tan diferente que estaban en la otras mesas y lo que comían.  Avisaban al camarero que se había acabado la leche parloteando inglés o alguna palabra en alemán que aprendían en ese momento. Comían lo que les apetecía con la norma de lo que pusieran en el plato había que comerlo sí o sí. Además, lo bueno de tener reservado el desayuno, es que te obligas a levantarte. Dura sólo hasta una cierta hora.

breakfast

Nuremberg es una ciudad ideal con niños porque su casco histórico medieval tiene un tamaño manejable. Como mucho son veinte minutos andando de punta a punta. Excepto la parte del castillo, lo demás es llano y no se hace pesado pasear por sus preciosas calles, en su mayoría peatonales.

Si además coincide tu viaje con su famoso Mercado de Navidad, que dura del uno al veinticuatro de diciembre, encontrarás una ciudad llena de vida, super decorada y con montones de puestos callejeros de comida, bebida, adornos y dulces. En Alemania se toman muy en serio la decoración navideña y lo ponen todo precioso, cada rincón, cada escaparate, se esmeran mucho y el resultado te deja con la boca abierta.

Mercado Navidad

Antes de hacer el viaje hice una lista con los lugares que podría ser interesante visitar y también de la oferta cultural de la ciudad. Me ayudé de recomendaciones de amigos, de blogs y de información turística online. Otro punto importante siempre es averiguar los descuentos para familias ya que supone un gran ahorro. Pero esto fue sólo una guía. Con niños hay que ir al ritmo que se pueda. Relajarse y disfrutar. Las prisas y no niños no van juntas, y mucho menos en vacaciones.

En la ciudad de Nuremberg visitamos el Castillo disfrutando de sus espectaculares vistas, la Ccasa de Durero, el Museo del Juguete, el Museo del Ferrocarril, el Museo Alemán lleno de historia y sus exposiciones temporales sobre montañismo y vestidos antiguos, montamos en calesa, paseamos por los puestos del Mercado de Navidad, fuimos al Zoo, hicimos una visita guiada por los Sótanos de la Ciudad, fuimos a un concierto de música clásica un día y otro a un ballet ambos para niños en La Casa de la Estrella (que es un centro cultural para niños), y sobre todo tomamos muchos chocolates calientes y muchos de sus famosos bocadillos de tres salchichas en los puestos callejeros. Como comida tomábamos algo rápido sobre la marcha para aprovechar más las horas de luz. Por la noche ya cenamos calentito en restaurantes típicos alemanes, asiáticos, hamburgueserías y pizzerias de moda en la ciudad con mucho ambiente. Los niños siempre bienvenidos porque allí se cena pronto. Y luego ya a descansar al hotel después de un largo día de turismo lleno de emociones.  O si nos encontrábamos muy cansados íbamos al hostel a descansar un rato antes de cenar.

Uno de los grandes hits del viaje fueron las audioguías en los museos. Les fascinaron. Se lo pasaban bomba dando a los números según avanzábamos y escuchando el audio correspondiente muy concentrados. Mi pequeño de cinco años llevaba el aparato como si fuera una bandeja en la mano con sumo cuidado. Realmente gracioso.

Transporte

Algo que también les encanta a los niños es montar en diferentes medios de transporte. En Nuremberg montamos en todo. Fuimos al Zoo en tranvía, visitamos un día la ciudad cercana de Bamberg en tren de cercanías, fuimos al aeropuerto en metro, y montamos en autobús para ir de la estación de tren a la Ciudad de Playmobil. Y por supuesto, avión y taxi para ir al aeropuerto en Madrid. Un viaje realmente completo en ese aspecto.

Ellos aprenden también cómo hay que desenvolverse, prestar atención a las direcciones, las indicaciones en los mapas, comprar billetes, ser responsables con sus pertenencias, etc. Son lecciones de vida y ver la utilidad de hablar otros idiomas les motiva para estudiarlos.

Cuidad de Playmobil

La motivación principal para ir a Nuremberg fue visitar la Ciudad de Playmobil. Si tus niños son muy fans de este juguete les harás pasar el mejor día de su vida si vas un día y si vas dos el segundo mejor día de su vida. Así lo dijeron mis niños.

Es un parque de juego donde jugaran con todos los plamobil que puedan imaginar de todas las temáticas durante horas y horas, donde podrán construir sus muñecos personalizados, donde habrá animación en una sala gigante que parece una nave espacial, donde todos los platos, vasos, etc del restaurante serán de playmobil. Un sueño hecho realidad.  Era genial verles tan felices.

Pasar tiempo en familia

Los niños hoy en día valoran por encima de tener más juguetes o cosas materiales el pasar tiempo con su familia. Por desgracia, se ha convertido en un recurso escaso. Viajar con ellos es positivo en todos los sentidos. Vivir experiencias juntos hace que la familia esté más unida, que nos ayudemos los unos a los otros, que seamos un equipo, que nos riamos juntos. Esto aunque suene cursi «no tiene precio».

Te cuento mi momento favorito del viaje. Un día, mis tres peques subían del buffet de desayuno de vuelta a la habitación del hostel para prepararnos para comenzar el día. Iban jugando al pilla pilla y partiéndose de la risa. Yo les observaba preocupada porque no se cayera ninguno cuando escuché al mediano de seis años decir: “¡Ay!, Con lo bien que los estamos pasando,  cómo nos vamos a echar de menos cuando volvamos al cole”. Pues eso, que no hace falta decir más, ¿verdad?.

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